
España se presenta en 2025 como un escenario con oportunidades signicativas para el emprendimiento, enmarcado en un contexto de crecimiento económico moderado
pero sostenido. La economía nacional, impulsada principalmente por la demanda
interna, el consumo privado y una creciente inversión, muestra una resiliencia notable
a pesar de la desaceleración global y las incertidumbres geopolíticas